El desafío de nuestro tiempo es poblar Marte. Ello convertirá a la raza humana en una especie interplanetaria, o multiplanetaria. Los cálculos más conservadores sitúan este paso en 2030. Un extraordinario paso de tecnología y valor humano. Cualquiera que sea la razón que lo motive, exploración, superar eventuales tragedias terrestres, poder militar o político, etc., y quienes den ese paso. Es evidentemente el desafío de nuestro tiempo. Un hecho del que, generacionalmente, seremos testigos.
Diversos actores “empujan este desafío. El público, a través de la NASA y la Agencia Espacial Europea, principalmente, ello sin considerar los esfuerzos hindúes con su sonda espacial en la órbita de Marte, ni los billones chinos tratando de mejorar su tecnología espacial. El privado, con SPACEX, Virgin Galactic, entre otros. Y el “sin ánimo de lucro”, representado en el proyecto Mars One.
La tecnología está alcanzando el nivel suficiente para llevar con tranquilidad una misión de, por lo menos 4 a 6 personas, por ejemplo, en el rocket Orion, el mayor y más sofisticado propulsor construido hasta el momento. Incluso, los resultados de investigaciones en reactores permiten avizorar llevar al hombre a Marte en solo 4 semanas, reduciendo el tiempo de viaje que hoy consume de 6 a 7 meses, momento interestelar en el que Marte y la tierra se alinean en la órbita posicional más cercana. Ello ocurre cada 2 años. Luego, un viaje con la tecnología disponible cubrirá 14 meses en solo desplazamiento de ida y vuelta para una estadía efectiva de tan solo 2 semanas, o, 2 años.
La colonización de Marte requiere solucionar innumerables tópicos. De avanzada ingeniería, comunicaciones, tecnología, transporte, supervivencia diaria, alimentación, impacto en el organismo. Para este, efecto, diversos ensayos o simulaciones se han practicado, incluyendo aislamiento y respuesta a habitabilidad (ensayos en volcán en Hawái, el desierto de Utah) impactos en la masa corporal (la permanencia de Scott Kelly, por un año, en la International Space Station).
Para este propósito, planificadores, ingenieros y arquitectos están en la lista. El desafío es enorme si se considera, adicionalmente que, para efectos de habitabilidad, debido al intenso nivel de radiación, las construcciones deben ser subterráneas.
Respecto de cargos a desarrollar en Marte, el tema es aún más interesante. Thomas Frey menciona 2 realmente atractivos: Global System Architect, esto es, quien diseña la organización a nivel macro, y los locationists, “gente que se especializa en añadir la relevancia de “lugar” a comunidades globales online.
Pero, pero, a mi modo de ver, el principal problema a solucionar es ¡el legal! ¿Porque razón? En primer lugar, si bien hay una vieja regla internacional que señala que ningún actor público puede reclamar “derechos espaciales”, dudo que la misma se mantenga cuando más de un país, nominalmente, USA, China o Russia, logren colocar misiones humanas en Marte. Ello porque, además, no hay una “Corte Espacial” que le otorgue exigibilidad a la aplicación de esa vieja regla. De hecho, China planea colocar una base lunar en la próxima década, aunado al hecho que la NASA planea un ambicioso proyecto comercial lunar, que conlleva, en la práctica, “derechos de propiedad”, soportada en el Acta Spurring Private Aerospace Competitiveness and Entrepreneurship (SPACE), expedida por el Congreso Estadounidense en 2015. Ello significa delimitar suelo lunar, conlleva, asimilando la regulación diplomática que permite la extensión “territorial” de un país a través de su legación diplomática, a tener suelo chino o estadounidense en la superficie lunar. Es decir, es una superficie lunar, extensión de la soberanía de estado ubicado en la tierra. Ello genera eventual conflicto con la porción en la que el modulo Apolo 19 descendió en superficie lunar. Recuerden la imagen de Amstrong posicionando una bandera estadounidense.
Esta situación adquiere mayúsculas connotaciones en Marte. A fin de cuentas, la Luna está a 3 días de distancia. Imaginemos esa discusión en Marte, traspasar suelos, limites, localizar agua en área subterránea, la invasión de privacidad con las orbitas satelitales actualmente circundado Marte, en especial el Mars Recoinassence Orbiter, que envía información actualizada, diariamente, del planeta a la Tierra. Es decir, un sin número de potenciales conflictos. Por ello, ¡¡¡¡¡Marte necesita abogados!!!
Cuando un cliente se muestra insatisfecho con su apoderado por perdida de su proceso, generalmente lo insulta señalando que “el infierno está lleno de abogados”. Me atrevo a pensar que quien estará lleno de abogados, en un futuro próximo, es el planeta Marte.
Reitero, Marte requiere con urgencia de abogados. Por esa razón estoy actualizando mi CV. Espero mi larga trayectoria como asesor en el sector público colombiano sirva para llenar una vacante. ¿O, por el contrario, esa referencia laboral constituirá causal de rechazo, dados los recientes fenómenos de corrupción notoriamente divulgados?